Ver el romance de las parejas que se conjuran amores de primavera y los besos que prometen no soltarse, hacen que broten de mí, un triste suspiro. Estoy pendiente del puente, mirando de arriba y abajo, en lo lejano me hallo en el cielo y sin darme cuenta pienso en ella. Advierto que sigo en el puente donde los de siempre, se juran miradas y yo tan solo, sonrío tristecito. Barranco, he de recordar en estas mismas calles de antaño los cuentos de miradas, de suspiros al instante, de lunas en prosa junto al sosiego de tu ocaso. En mis palabras que denotan penas, deseos, recuerdos que el viento arrastra y esta ausencia que siempre me dejó el tiempo, me detiene ante tu merced y sin que nadie me vea, he vuelto a suspirar, en un rincón de mi papel, por ella… por los de siempre.
Pulga – ¡Dame un plus!
El puente de los suspiros fue construido en 1876 e inaugurado el 14 de febrero, durante el gobierno del primer Alcalde de Barranco, Don Enrique García Monterroso, su construcción fue una necesidad primordial para unir los extremos de la quebrada y permitir el paso de las riberas de la calle Ayacucho y la Ermita que albergan los romances cotidianos, las confidencias, las dulces añoranzas, los eternos yaravíes.
Rasca pulga – Algo que inquieta
El puente de los suspiros soportó la guerra del Pacifico y fue testigo de la destrucción de Barranco, el 14 de enero de 1881, fecha en la que tropas chilenas incendian la ciudad destruyendo parte del templo de la Ermita y el Puente tan solo suspiraba de pena. Pero todo ello es historia porque cuando uno ama, perdona, y en este puente no se mantienen hojas muertas, tan solo se mantienen romances de amores vivos.
Pulga - ¡corre la voz!
La tradición señala que quien por primera vez vea el puente y lo cruce sin respirar, se le cumplirá el deseo que pida y si no fuera poco, las parejas que se juren en un beso apasionado el amor encandilado, perdurará por siempre. El Puente de los suspiros fue inspiración de poetas como Eguren y cantantes como Chabuca Granda quien confiesa en sus versos: “Puentecito entre el murmullo de la querencia, abrazado al recuerdo, barrancos y escalinatas. Puente de los Suspiros quiero que guardes, en tus gratos silencios mis confidencias.”
La pulga dice – el perro escucha
El amor, la poesía, los corazones enamorados llegan a La Ermita, me persigno con respeto, veo detrás mi suspiro que aún se sostiene en el puente, ahí te quedas, he pedido mi deseo, el de olvidarnos. Lloro donde nadie me ve y hecho andar tristecito. Tal vez cuando retorne encuentre sollozando mi suspiro y tan solo diré… ya te olvidado, ahí te quedas, en el puentecito de barranco pero no niego que aún me llama ella, desde las maderas que tocamos, me sonríe a lo lejos y me pregunto yo, marchando ya: ¿Dónde se encuentra el suspiro que te he profesado?
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