jueves, 20 de octubre de 2011

Saramago y el Hombre Duplicado


Tomado de la Novela: "El hombre duplicado"


"El entierro de Antonio Claro fue tres días después. Helena y la madre de Tertuliano Máximo Afonso representaron sus papeles, una llorando a un hijo que no era suyo, otra fingiendo que el muerto era un desconocido. Él se había quedado en casa, leyendo un libro sobre las antiguas civilizaciones mesopotámicas, capítulo de los arameos. El teléfono sonó. Sin pensar que podría ser alguno de sus nuevos padres o hermanos, Tertuliano Máximo Afonso levantó el auricular y dijo, Dígame. Del otro lado una voz exactamente igual a la suya exclamó, Por fin. Tertuliano Máximo Afonso se estremeció, en este mismo sillón estaría sentado Antonio Claro, la noche en la que le telefoneó. Ahora la conversación va a repetirse, el tiempo se arrepintió y volvió atrás. Es usted el señor Daniel Santa Clara, preguntó la voz, Sí soy yo, Llevo semanas buscándolo, pero finalmente lo he encontrado, Qué desea, Me gustaría verlo en persona, Para qué, Se habrá dado cuenta de que nuestras voces son iguales, Me ha parecido notar cierta semejanza, Semejanza, no, igualdad, Como quiera, No somos parecidos sólo en las voces, No lo entiendo, Cualquier persona que nos viese juntos sería capaz de jurar que somos gemelos, Gemelos, Más que gemelos, iguales, Iguales, cómo, Iguales, simplemente iguales, Acabemos con esta conversación, tengo que hacer, Quiere decir que no me cree, No creo en imposibles, Tiene dos señales en el antebrazo derecho, una al lado de otra, Las tengo, Yo también, Eso no prueba nada, Tiene una cicatriz debajo de la rótula izquierda, Sí, Yo también. Tertuliano Máximo Afonso respiró hondo, luego preguntó, Dónde está, En una cabina telefónica no muy lejos de su casa, Y dónde podemos encontrarnos, Tendrá que ser en un sitio aislado, son testigos, Evidentemente, no somos fenómenos de feria. La voz del otro sugirió un parque en la periferia de la ciudad y Tertuliano Máximo Afonso dijo que estaba de acuerdo, Pero los coches no pueden entrar, observó, Mejor así, dijo la voz, Comparto esa opinión, Hay una zona en el bosque después del tercer lago, lo espero allí, Tal vez yo llegue primero, Cuándo, Ahora mismo, dentro de una hora, Muy bien, Muy bien, repitió Tertuliano Máximo Afonso colgando el teléfono. Tomó una hoja de papel y escribió sin firmar, Volveré. Después entró en el dormitorio, abrió el cajón donde estaba la pistola. Introdujo el cargador en la corredera y colocó una bala en la recámara. Se cambió de ropa, camisa limpia, corbata, pantalones, chaqueta, los zapatos mejores. Se encajó la pistola en la correa y salió."



¿Cómo saber quiénes somos? ¿En qué consiste nuestra identidad? ¿Qué nos define como personas individuales y únicas? ¿Qué pasaría si descubriéramos que en el mundo existe alguien igual a nosotros?  Tertuliano Máximo Afonso,  personaje de la novela “El hombre duplicado” tendrá que lidiar con dichas incertidumbres, al enterarse a sus treinta y ocho años que existe un hombre que es una fiel copia, quien por nombre se le conoce como Antonio Claro. El caos se desatará entre ambos, ¿cuál de los dos es el verdadero? ¿quién es la copia? ¿qué los diferencia?

Se ha dicho hasta la saciedad que somos un milagro y que cada persona es diferente, sin embargo nuestra similitud se va forjando sin darnos cuenta, las diferencias entre las personas se reducen cada vez más, al sentido común de los actos, la rutina, la normalidad, la deshumanización, donde los seres “exitosos” toman el rol protagónico de la sociedad y los secundarios quedan atrás. Pero qué pasaría si los “no exitosos”, los que cumplen un papel secundario en el mundo también lograrían el protagonismo que por años reclaman entre sueños, logrando ser  actores principales, en efecto, sería un desorden imaginar que en una ciudad únicamente existieran personajes exitos, porque de ser así ¿quiénes serían los subordinados?

El portugués José Saramago  nos llevará a navegar por las profundidades del alma, dentro de una filosofía de fatalismo, en el sentido estricto del destino y la predestinación que tenemos al momento de cumplir algo en esta vida. El Nobel, realiza enfoques respecto a las analogías del cuerpo y las dimensiones de nuestro ser, en circunstancias donde la costumbre  se traduce en la voluntad y la decisión que tomamos día a día, costumbre que adoptamos y marcará una diferencia abstracta entre unos y otros. El hombre duplicado será otra buena escusa para leer.