miércoles, 7 de julio de 2010

Juan Pablo Castel, misterio y zozobra


Castel es un hombre como pocos, odia a los moralistas al igual que a los puritanos y a los que dan la última conclusión sin haberla siquiera experimentado, es resoluto con lo que aparenta una realidad sencilla y vacilante. Su pintura es mostrada en acontecimientos protocolares, tan sólo, por darse el gusto de analizar al grupo de vanidosos y sobervios, y alguna persona que pueda entender lo que el hace.

Y todo lo que el hace, se centra en una obra, llamada "Maternidad" que recibe frases tan vanales como: cuanta profundidad, estaba bien arquitecturado. Pero nadie, increiblemente nadie, podía ver lo que él veía, hasta que apareció alguien, que quedó inmutada observando fijamente una ventana en la parte superior hacia la izquierda de Maternidad, Pastel, quedó pasmado y con ansiedad, de ver a la primera persona que veía lo que nadie más podía ver, hasta que ella desapareció. 

Fue mucha la tristeza y fracaso de no encontrarla, paso días, semanas, meses esperándola encontrar. Un día, de casualidad, volvió a verla. Desde entonces su sutil estrategía de conocerla se fue dando, a cada paso. Ella se llamaba María Iribarne, pronto descubrío que cuando ella vio el cuadro y aquella ventana, pensó en él y lo había hecho durantes días, semanas y meses. Los dos no creían lo que les estaba pasando.

Sin embargo, a medida que crecía el amor entre los dos, crecían las infinitas ganas de matarla, un hecho confuso en la psicogía de Castel. La relación se torno aspera, por los constantes celos que tenía Castel, haste que él fue descubriendo que María Iribarne, además de casada, tenía un amante. Fue desencadenante para que él decida matarla, en un acto artisticamente arquitecturado o siemplemente en un acto inhumano.

Castel es un pintor que con la incertidumbre de cada escena fue marcando esta crimen, historia que hasta hoy continua contando detrás de las rejas de una cárcel. Intentando que puedan entender, aunque sea sólo una persona, proque la única que la entendió, ya no existe.

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