El invierno son 12 campanadas entre las piernas
el calor de una taza de chocolate que
calienta de tu boca al interior
entre el pique y el repique de las brasas
es un pleno luchar contra las llamas
vista a vista frente al fogón
y en cada respiro un suspiro y exalación
en la alfombra sube y baja de tu pecho
la peineta carmesí que juguetea entre tus dedos
no tiene risos pero en su despeinado furor
las hojas hibernales cobran más color en los umbrales
mientras el viento juguetea entre los troncos y arbustos
el invierno acerca más a los estados
frío y suda, suda frío, más que seco esta mojado
y en sus faldas deja reposando el matorral
va dejando en la memoria más recuerdo que la historia
e imprime entre las pieles su aroma a devoción
ya unidos los destellos poco a poco se separa
y se va yendo de los cuerpos su calor y su alcanfor.
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Escrito por: Nath Chávez Catillo
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1 comentarios:
La consumación del deseo invernal junto al restallido de los tizones y el fisgoneo de los entumidos ramajes tras las ventanas. Un poema sutil y encantador.
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