
Texto sacado de Luca Caliente
Ramiro la tomó de las muñecas y la apartó. La em¬pujó con toda su fuerza hacia el otro asiento y la estrelló contra la puerta. Pero ella se agarró del respaldo con una mano, y con la otra del espejo retrovisor, y volvió a erguirse.
Él apenas la vio, por un segundo, con los ojos de¬sorbitados, y le pareció ver un hilillo de sangre que le caía de la boca.
En silencio, pero jadeantes, forcejearon hasta que ella, que tenía más fuerza que la que él había calcula-do, se le tiró encima, le arrancó la camisa y se prendió de una tetilla, que mordió con fuerza. Él sintió una aguda punzada y se encolerizó. Brutalmente, le encajó un puñe¬tazo en la nuca, que hizo que ella se soltara.
Y entonces fue que la agarró del cuello y empezó a apretar.
Y apretó con toda su alma, mientras se decía que otra vez estaba loco, loco porque estaba atrapado, porque se había arruinado la vida, porque de todos modos era un asesino.
Y apretó más porque la odiaba, porque no podía dejar de poseerla cada vez que ella quería, y así, lo sabía, sería toda la vida, y porque tenía miedo, pánico, y ya nada le importaba en ese momento. Y mientras pensaba y apretaba se largó a llorar.
Él apenas la vio, por un segundo, con los ojos de¬sorbitados, y le pareció ver un hilillo de sangre que le caía de la boca.
En silencio, pero jadeantes, forcejearon hasta que ella, que tenía más fuerza que la que él había calcula-do, se le tiró encima, le arrancó la camisa y se prendió de una tetilla, que mordió con fuerza. Él sintió una aguda punzada y se encolerizó. Brutalmente, le encajó un puñe¬tazo en la nuca, que hizo que ella se soltara.
Y entonces fue que la agarró del cuello y empezó a apretar.
Y apretó con toda su alma, mientras se decía que otra vez estaba loco, loco porque estaba atrapado, porque se había arruinado la vida, porque de todos modos era un asesino.
Y apretó más porque la odiaba, porque no podía dejar de poseerla cada vez que ella quería, y así, lo sabía, sería toda la vida, y porque tenía miedo, pánico, y ya nada le importaba en ese momento. Y mientras pensaba y apretaba se largó a llorar.
 Ramiro ya no quiere más sexo, está cansado. Sabe que su cuerpo ha sido absorbido por toda la libido de Aracely y ya no quiere más. Sin embargo, ahí está. Copulando con ella. Pero ya no quiere más.
Ramiro ya no quiere más sexo, está cansado. Sabe que su cuerpo ha sido absorbido por toda la libido de Aracely y ya no quiere más. Sin embargo, ahí está. Copulando con ella. Pero ya no quiere más.Ahora solo es mejor vengarse, vengarse de ella y de todo en lo que se ha convertido, porque esa es la única forma de salirse de ella, del sexo y de su obsesión. Aprieta fuerte Ramiro, no queremos que vuelva. ¿verdad?
 
 
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