El alcohol se acumula porque esa es su razón de ser, quedarse impregnado en nuestro interior y exfoliar todas nuestras penas, escupirlas de una puta vez para ya dejar de lamentarlos. Dejar de llorar por nosotros, pero sobre todo por ellas.
El hombre y su alcohol, qué vieja dicotomia. Felizmente, no han de salir embarazados, ni en la más ridícula de las películas.
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