Los juramentos ponen de testigo a Dios para que él crea en nosotros. Existimos porque alguien ha pensado en nosotros y él existe porque nosotros juramos en su nombre, depositamos nuestra fe en algo divino. Todo es fe, y lo importante de ésta es donde se deposita, cuando sucede este proceso nace la religión. Jurarte quisiera, pero tú ya has creído en mí.
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