Rescatado de El informe de Brodie de Jorge Luis Borges
La tribu está regida por un rey, cuyo poder es absoluto, pero sospecho que los que verdaderamente gobiernan son los cuatro hechiceros que lo asisten y que lo han elegido. Cada niño que nace está sujeto a un detenido examen; si presenta ciertos estigmas, que no me han sido revelados, es elevado a rey de los Yahoos.
Acto continuo lo mutilan (he is gelded), le queman los ojos y le cortan las manos y los pies, para que el mundo no lo distraiga de la sabiduría. Vive confinado en una caverna, cuyo nombre es Alcázar (Qzr), en la que sólo pueden entrar los cuatro hechiceros y el par de esclavas que lo atienden y lo untan de estiércol.
Si hay una guerra, los hechiceros lo sacan de la caverna, lo exhiben a la tribu para estimular su coraje y lo llevan, cargado sobre los hombros, a lo más recio del combate, a guisa de bandera o de talismán. En tales casos lo común es quemuera inmediatamente, bajo las piedras que le arrojan los hombres-monos".
Termina el cuento aquí.
Los personajes de Borges existieron y no existieron a la vez. Existieron porque definitivamente nacieron, vivieron y murieron, pero no en la forma en que Borges los describe. Es decir, Borges reinventó a sus personajes y combinó su vida real con una literaria, lo que vuelve más increíble sus relatos.
De esta forma, El informe de Brodie cuenta el peregrinaje de un antropólogo que se queda a vivir en una recóndita comunidad africana, donde viven unos pequeños hombrecillos denominados Yahoos.
Aquí el hombre es tan básico, que carece de idioma y de expresiones gráficas. Y, en esta simpleza, muestra su naturaleza más prehistórica.
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