Cuando alguna vez trataba de entender la “Alegoría de la caverna” de Platón en la infancia, quedaba muy compleja, hasta que me enfrasque con una obra que apareció como una pista caída del cielo. “La caverna” que no sólo explicaba aquella alegoría sino explicaba al mundo en el que yo vivía, que dejaba de ser humano y se convertía cada día en un mundo consumista.
¿Acaso el consumismo, ha ayudado a deshumanizar las personas? Una pregunta con miles de respuestas y un solo consenso, que entre otros puntos de vista ha concebido en su obra: José Saramago. Aquél autor entonces comenzaba a tener un realce literario y también críticas agudas, pues antes de La caverna, o su obra cumbre, Ensayo sobre la ceguera, una obra ya había causado un terremoto.
“El evangelio según Jesucristo”, obra que describe la vida de Jesucristo, pero contada de una forma distinta a la descrita por la biblia, le valió una lluvia de críticas, siendo además, vetada por la Iglesia Católica, sobre todo, en Portugal, por “atentar contra los cristianos”. Como respuesta Saramago abandonó Portugal y se instaló en Lanzarote (Islas Canarias) donde viviría hasta sus últimos años de vida.
Nobel de la literatura en 1998, por su obra Ensayo sobre la ceguera, un obra infinitamente llena de simbolismos, en la cuál existe una epidemia que da la ceguera, esta llega a contagiar a una gran cantidad de personas, el caos no se demora en llegar, las personas llegan a los extremos más miserables y sólo una persona, que no es contagiada, es el escogido guía de todos ellos.
¿Cuantos estamos inmersos en esta epidemia? Es una pregunta que me dejó esta gran obra que años más tarde fue adaptada al cine y dirigida por Fernando Mierelles, a mi gusto, no mostrando la compleja obra de Saramago.
Una de las últimas obras que nos dejó fue Las intermitencias de la muerte, una obra en la cuál las personas no pueden morir y se crean situaciones muy complicadas. Toda su vida, José Saramago, demostró un ímpetu y una línea definida de su pensamiento, pero también una gran lucidez para entender los conceptos diversos de su generación.
¿Cuantos estamos inmersos en esta epidemia? Es una pregunta que me dejó esta gran obra que años más tarde fue adaptada al cine y dirigida por Fernando Mierelles, a mi gusto, no mostrando la compleja obra de Saramago.
Una de las últimas obras que nos dejó fue Las intermitencias de la muerte, una obra en la cuál las personas no pueden morir y se crean situaciones muy complicadas. Toda su vida, José Saramago, demostró un ímpetu y una línea definida de su pensamiento, pero también una gran lucidez para entender los conceptos diversos de su generación.
Gracias Saramago!!
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