miércoles, 3 de diciembre de 2008

Retrato público


T tiene cien años menos diecinueve más que su madre y restandole dos tercios de la edad de J, su pequeño amigo, hace unos dias se hizo joven y con afan de celebrar compro un vino dos titeres y un maniqui vestido de rojo, ya lo tenía entre cejas por dos meses, al llegar a casa la esperaba mamá colgando de las paredes tejiendo hilachoes entre las esquinas, entre vertices tridimensionales, esa seda media grisacea que por débil atrapa y por fuerte ahoga, papá salió en busca de alimento con la jauría y los gémelos estában husmeando en busca de algún queso hediondo... los títeres no bebieron eran menores de edad, el maniqui lucía hermosa, como todas las noches, no necesitaba una pizca de maquillaje... Al momento del brindis llegó papá y mientras T buscaba por entre las sombras al pekeño abuelo que detesta la luz y no había bebido sangre en días, mamá termino de servir las moscas en guisantes... De pronto T se agacho, se retorcía de dolor y sus manos se iban encogiendo, un sobresalto la desperto minutos mas tarde se miró al espejo, al palpar sus extremidades estas se encogieron y el cascarón duro quedo hecho añicos, penso en el fin, al instanto ascendió, mamá llorando se despedia y papá ahullaba al olvido, el abuelo apunto el camino correcto, T no entendía, era el momento tan narrado, un hijo crece pierde el cascaron, crecen las alas y terminas volando... T logró perderse en un mundo de gigantes y cascarones rotos, T era mi amiga, bueno hipotéticamente lo sigue siendo...

Mal escrito x : NunaWayra

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