Confieso que he pecado,
Confieso que a pesar del aire que respiro
No me siento capaz de usarlo
Confieso que he pecado,
Confieso que he dudado,
Que te he pensado con rabia,
Que he levantado contra ti mi dedo acusador
Por situarme en este espacio de invisibles espejos
Por darme y quitarme
Por dejarme saber y
Obligarme a callar
Por los tobillos torcidos,
las manos volteadas
los labios secos y la garganta húmeda.
Por las mil y una noches de recíproco engaño,
Por las conversaciones mantenidas
Las respuestas inventadas
Y tu silencio
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa
Me confieso culpable
Por no tocarme la frente, el pecho y los hombros
Al pasar por tu casa
Confieso que no sólo hoy he pecado y
Me confieso culpable
Por no poder perdonarte,
Perdóname, Dios mío,
porque seguramente, no sé lo que hago.
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