La repugnancia que inspiro a mis amantes se troca en atracción, e incluso en delirio, una vez que -con ayuda del alcohol o la droga casi siempre- vencen la prevención inicial y aceptan trenzarse conmigo sobre una cama. Las mujeres llegan a amarme, incluso, y los chicos a enviciarse con mi fealdad. En el fondo de su alma, a la bella la fascinó siempre la bestia, como recuerdan tantas fábulas y mitologías, y es raro que en el corazón de un apuesto jovenzuelo no anide algo perverso. Nunca lamentó alguno de mis amantes haberlo sido. Ellos y ellas me agradecen haberlos instruido en las refinadas combinaciones de lo horrible y el deseo para causar placer. Conmigo aprendieron que todo es y puede ser erógeno y que, asociada al amor, la función orgánica más vil, incluidas aquellas del bajo vientre, se espiritualiza y ennoblece. La danza de los gerundios que conmigo bailan -eructando, orinando, defecando- los acompaña después como un melancólico recuerdo de los tiempos idos, ese descenso a la mugre (algo que a todos tienta y que tan pocos osan emprender), que hicieron en mi compañía. (...) No soy desdichado ni quiero que me compadezcan. Soy como soy y eso me basta. Saber que otros están peor es un gran consuelo, por supuesto. Es posible que Dios exista, pero eso, a estas alturas de la historia, con todo lo que nos ha pasado ¿tiene alguna importancia? ¿Qué el mundo acaso pudo ser mejor de lo que es? Si, acaso, pero ¿para qué preguntárselo? He sobrevivido y, a pesar de las apariencias, formo parte de la raza humana.
Mírame bien, amor mío. Reconóceme, reconócete.
Elogio a la madastra. Mario Vargas Llosa (Óleo de Francis Bacon)
1 comentarios:
Nadol, gracias por el comentario en el blog del náufrago. Es muy paja recibir comentarios así. Como verás, ya me di una vuelta por tu blog y veo que has puesto uno de los fragmentos más pajas que le he leido a Vargas Llosa. Reconóceme, reconócete, es genial. Veo que en la identidad de los bloggers de yanaallqu es un misterio, ta bueno. Seguiré surfeando. Suerte!
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