Los pasos de un verso
Van cansando mi alma
Y van alimentando mis palabras,
Es esta la rutina, de un trovador
Que se quedó sin cuerdas y sin tinta.
El sonido de los pasos,
Benditos ellos por llevarme a ti,
Son más lentos que una pluma en caída
Pero tan firmes como el abrazo de un niño.
Mis calzados están extintos,
Mis pies ya no pueden más
Y es que un solo viaje no basta
Para llegar hasta un edén en el paraíso.
Las huellas que dejé no me siguen
Se borran paso a paso,
Pero ello no importó porque
Te vi y me diste un abrazo,
Curaste mi alma
Y yo te acogí en mi regazo.
Se han fortalecido los pasos,
El sonido es una melodía,
Los calzados se han renovado,
Las huellas formaron primaveras
Y todo gracias a Helena.
(Jomabole)
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