domingo, 22 de febrero de 2009

En recuerdo de Septiembre


Labios benditos que
encarnan nuestro beso.
Las ilusiones utópicas
de hacerte mía.

Los cisnes y los valles
muertos, en la amargura,
de tu veneno desbordante.

Tan fría y penetrante
tu voz de aurora.
La canción que profesa
nuestro único amor.

La ilusión perdida,
de tu sonrisa dormida
y tus melenas de libertinaje
que se recrean en mí todavía.

Oh! amada mía,
dime que nostalgia
ha sembrado tu labio en mí…
Que aún tu fragancia
me queda a melancolía.

Siendo golpes tus labios
que han de conjurarme.
¡Amada mía!
dame un besos sacrosanto
que yo pecador
en ti me confieso.

Mi tarde de Septiembre
la consagtro en ti
porque tuve en mi boca yo.
Tu vida, tu cuerpo, tus sueños.

Memorable Septiembre,
amablemente suave
encarna en mi boca tu nombre
y márchate ya…sin tregua.

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