La película dirigida por los uruguayos Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, presenta la vida uniforme de tres personas que radican en Montevideo (Jacobo, Herman, y Marta), con días que esperan emociones a largo plazo, una sonrisita instantánea para la foto, un impulso que los haga caminar sin contradecirse y una emoción que los impulse a saltar de la rutina que los ahorca. Todo empieza con la llegada de Herman que visita al hermano (Jacobo) para la ceremonia de su madre fallecida, entonces se da inicio a la farsa querida por un trío que aprende poco a poco a gritar. Dos hermanos que encontrarán un cruce de destinos en la vida de Marta, entre mentiras, ilusiones como partidas de aviones y cierta dosis de ironía.
Whisky enfoca tres clases de soledad en distintas facetas, entre negativas a resignarse a un mundo sosegado, monótono y con una sola frase, querer vivir. Nos volvemos entonces como unos espectadores resignados a ver una historia pausada, enfocada con una cámara que quiere explotar de tanto absurdo, apretar el gatillo del flash y salir corriendo, en una alegría forzada, aquella tontería de decir: Bien, cuando estamos al borde del acantilado, mostrando una máscara intranquila, un disfraz que cubra nuestras debilidades, de no querer aceptar el amor y el taparnos los dientes antes de ser felices.
Una cinta que pondrá en alerta a nuestra sombra solitaria y nos dejará un sabor inesperado de conclusiones internas que no harán bulla. Ahora digan todos una falsa sonrisa y despierten después en su eterna realidad. Whisky!
0 comentarios:
Publicar un comentario