¡Nadie duerma! ¡Nadie duerma!
Tampoco tú, oh Princesa.
desde tu frío cuarto
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...
¡Pero mi misterio está encerrado en mí,
mi nombre nadie sabrá!
no, no lo diré junto a tu boca
sólo cuando la luz brille.
Y mi beso romperá el silencio
que te hará mía.
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotras, ay, deberemos, morir, morir!
¡Disípate, oh noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡Venceré! Venceré!
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