domingo, 31 de octubre de 2010

EL FESTEJO DE LA MÚSICA CRIOLLA


El tío Ricardo saca el cajón, mientras la negra María Julia anda sazonando a punta de risas y festejo el guiso de gato que tanto gusta a Paco, quien acompaña con la guitarra a su padre Abelardo, que arma la jarana que comienza a sonar en la vieja quinta de la Victoria. Los niños bailan y se recrean en el pasadizo tan estrecho del vecindario donde no caben ni las risas y todos están de pie, coreando con los cascabeles y cucharas los vals del maestro Felipe Pinglo Alva. Mechita empieza a quebrarse con dulzura en el coqueteo de sus caderas y su fiel zapateo de colores afroperuanos y por la edad de flor que tiene, todos le aplauden, todos se adhieren a su alegría y le festejan a la muñequita seductora. La tarde comienza arder  con un día claro de mediodía, y en el viejo corredor se habla un sola lengua criolla, los niños miran a sus padres y atesoran un recuerdo donde se hablará cada hora una sola raza, la de ayer, hoy y siempre.


Lima está de fiesta, la canción criolla viste de gala, las guapas limeñas lucen su belleza y gracia, las guitarras trinan de alegría, los criollos festejan y sus corazones vibran de fiesta criolla, sones de la canción popular. Lima cada treinta de octubre es la jaranera, la coronada marinera que todos bailan, de páginas de cajón que resuenan en el Rímac cuna que vio nacer a dos grandes de la música criolla, Montes y Manrique, padres del criollismo.


Entre los géneros más importantes, cultivados a inicio del siglo XX se encuentran el vals peruano, la marinera limeña o canto de jarana, el tondero y el festejo que nos identifican con aquella música que habla de lo que hoy somos. No quiero hablar de historias ni de sus orígenes porque estos ya se guardaban en nuestra tierra de sangre roja, blanca y mestiza. Ahora mientras escucho a Los Dávalos pienso en las generaciones que vendrán, pienso en nosotros y cómo vamos cultivando nuestro arte criollo. Me olvido de todo y enciendo  la radio y  de pronto escucho nuestra músiquita, doy cuenta de las nuevas esperanzas que ya empezaron a   cantar,  aquellas  nuevas promesas que tienen coraje, picardía, cajones, guitarra, peruanos y mucho Perú, lleno de danzas, colores que se siguen cultivando y festejando no solo en el Rímac, ni el lima, sino el lo alto de la sierra, en la selva junto a sus ríos y la profundidad de las costas donde todos hablamos una lengua, que hoy resuena entre las voces de los niños quienes serán los que lleven la insignia de la nueva música criolla.


La Pulga dice: No importa de qué nos disfracemos hoy, lo que quedará es el zapateo jaranero que dejaremos en nuestra vida. Saca el cajón y toca la guitarra.

jueves, 28 de octubre de 2010

Guardianes de la música Criolla

LA GRAN REUNIÓN ha reunido y grabado a diecinueve veteranos cantores que encarnan la más pura esencia del criollismo. Estos guardianes de las raíces de la música criolla, la mayoría de los cuales ronda las ocho décadas, integran la última generación de criollos auténticos, aquellos que entienden el criollismo, más que como una profesión, como una forma de vida.





Los intérpretes que participan en LA GRAN REUNIÓN recuerdan un tiempo en el que de cada barrio de Lima aún provenían formas sutilmente diferenciadas de cantar, de pulsar la guitarra, de expresar, de sentir. No es poco común oírlos hablar de una `polca victoriana´ o del ´golpe barrioaltino´, refiriéndose al sabor peculiar que le imprimían a cada género los músicos de estos barrios. Estos cantores provienen de aquellos barrios tradicionales en los que se atesora y se defiende un repertorio particular de valses, polcas, danzas y one-steps, y son portadores de la tradición musical que sus antecesores forjaron en sus propias calles.






Información sobre el disco en : http://www.sayariy.com/content/content.php?pID=1

martes, 26 de octubre de 2010

DÉJAME QUE TE CUENTE, CHABUCA GRANDA


Esta semana sentimos nuestra piel junto a la piel criolla más que nunca, a las cenizas que pasean con la musiquita del mediodía, la gloria del amor a esos cajones, el cariño inexplicable para ese pique de guitarras sollozantes por el perfume del recuerdo, nuestra música criolla a la que siempre extenderemos una alfombra de guirnaldas, por la que elegante bailará en la vereda, con su imponente hermosura, su tradición, su mestizaje, su fina raza.

“En realidad lo que yo hice, fue mantener mi mirada campesina, eso sí, me gusta”

La voz del Perú fue interpretado por un espléndido repertorio ligado a un renacimiento de la música afroperuana, con un abanico de ritmos negros, sociales, poéticos, mestizos y criollos, inmortalizados en la viva voz de María Isabel Granda, la maestra, la  buena flor, la condesa limeña, el trébol de las cumbres nevadas, que despertó en los asientos de Cotabamba-Perú. Chabuca la grande nace en la puna brava, en la piedra viva de oro, un día de los fríos invernales por el año de 1920 junto a todo lo alto de la sierra, abrigándose con tan poco bajo las montañas que inspirarían su canto andino, su folclor azul, su mirada mestiza, que hoy recordamos en sus vals de la infinita música criolla.


Cuando fui a Lima, descubrí que los niños éramos de colores y con los años me di cuenta, que qué torpeza; no hay razas inferiores ni superiores, hay características espléndidas y algunas que no lo son... de rasas.


Chabuca Granda rompe la estructura rítmica convencional del vals peruano, revelando una estrecha relación entre la letra y melodía, que fue variando con el tiempo hacia una tendencia poética, guiados por un talismán que fue aquella mujer de largos años, Doña Victoria Angulo, de raza negra y maquillada con la edad cubiertas de sabiduría, aquella canela que salía a caminar por las tardes sobre el puente viejo, la piedad del río y la alameda, quien inspiraría a Chabuca Granda a componer  La flor de la Canela.


Los jóvenes exigirán el cultivar el culto de la ciudad hermosa, tan plácida, tan nuestra, tan sudamericana, tan hispana, tan mestiza... De los mestizajes más hermosos que haya visto en mi vida, son los peruanos.


Jazmines en tu pelo y rosas en tu cara, aquella airosa caminata, la flor de la canela, que derramaba lisura y a su paso dejaba aromas al ritmo de sus caderas, los ojos azules del color cantábrico y el pelo rubio de piel nevada, con la infinita sonrisa menuda. Tú que naciste en los andes de la sierra inmensa y definitiva, tú que naciste entre los montes imperiales donde se impone el sol naciente, que alumbran a las minas del arte, minero, orgullosa siempre de tu tierra que te vistió, del agrado por la vida, de aquel ensueño del viejo puente que nos inspiró con tu lengua poética, tu vals de oro, tu mirada campesina que hasta hoy pasea por las calles limeñas del río y la alameda. Tu canción que profesa un día sin avisos, en que eschucho tu vals que mantuvo vivo el criollismo peruano y te cuento chabuca, que aquí se sigue bailando nuestra música criolla.


domingo, 24 de octubre de 2010

El tema de la semana es La Música Criolla

Porque como peruanos tocaremos el cajón hasta morir.

La Dama Misteriosa

Al principio ella fue una serena conflagración, un rostro que no fingía ni siquiera su belleza, unas manos que de apoco inventaron un lenguaje, una piel memorable y convicta, una mirada limpia, sin traiciones; una voz que caldeaba la risa, unos labios nupciales, un brindis.

Es increíble, pero a pesar de todo, tuve tiempo para decirme: ¡qué sencillo! y también no importa que el futuro sea una oscura maleza; la manera tan poco suntuaria que escogimos nuestras mutuas tentaciones fue un estupor alegre sin culpa ni disculpa, me sentí optimista, nutrido, renovado, tan lejos del sollozo y la nostalgia, tan cómodo en mi sangre y en la de ella, tan vivo sobre el vértice de musgo, tan hallado a la espera que, después del amor, salió a la noche sin luna y no importaba, salió a desmontar la anécdota, a componer la euforia, a recoger su parte del botín; más su mitad de amor se negó a ser su otra mitad y de pronto sentí que sin ella mis brazos estaban vacíos, que sin ella mis ojos no tenían qué mirar, que sin ella mi cuerpo de ningún modo era la otra copa de brindis y de nuevo repliqué :¡qué sencillo!. Pero ahora lamenté que el futuro fuera oscura maleza.

Sólo entonces pensé en ella eligiéndola y, sin dolor, sin desesperaciones, sin angustia y sin miedo, lentamente empecé como otras noches a necesitarla.

Aquel día llegué tarde; pues me quedé cenando en el Gótico, era lo que quería hacer, era muy mala la idea pero lo tenía planeado hace mucho. Cuando entré al teatro, sólo, vi un cartel que estaba repetido en cuatro paredes y era el mismo; ahí se mezclaba el trabajo de cinco fotógrafos, pero nada más, no era una propuesta, era una mezquindad comprimida y me quedé con ganas de ver a Juanjo, el director del teatro, es un buen tipo. El cuerpo se invade de soledad y da esa sensación de estar con alguna fémina, Barcelona está lluviosa y todo puerto lluvioso ahonda la tristeza.

En Mahikari hay alguno que otro poeta, Juanjo es uno de ellos, pero bueno, él es más intérprete y quieren organizar un recital. Aquella noche yo les dije que sí, leeré unos cuentos, sí, pues mi poesía es del lado oscuro del corazón y ese es un lugar de luz. La propuesta estaba en pie pero tendría que escoger bien o qué sé yo.
Esa noche quise emborracharme como en mis últimas noches, beber tequila y enamorar mujeres guapas, es algo como una ley para los poetas en esta ciudad; sin embargo, me fui a la cama con la nostalgia de la mujer que no está; recordé ingenuamente aquellas noches cuando entre mis brazos, sus brazos fueron hijos de los brazos míos, su piel se fundía con la mía y nos liberó de la condena a estar solos, aquellas noches deseosas donde mis dedos se sembraban contra sus caderas, donde mi boca bebía la savia de su pecho indefenso, aquellas noches donde la hice mía como siempre, con el mismo amor que le profané desde entonces. La nostalgia me invadía y, al verme solo, recordé también aquellas noches que estaba con mucha gente, muchos amigos, pero a la vez me sentía tan vacío como ahora, pensándola; me sentí más solo que un pez perdido en el mar; me levanté de la cama que me aprisionaba el cuerpo y me quería atar a aquellas sábanas que me recordaban a ella y me vi al espejo; ahí vi un hombre joven pero me sentí como uno de doscientos años.
A la mañana siguiente me iban a entrevistar, era muy urgente para mí, pues lo percibí como una oportunidad; pero ella seguía invadiéndome, mi mente se suspendía sólo para pensarla. En esos momentos decidí llevar a cabo mi plan para el día siguiente. Ir a mirar el mar. Tengo un caballito de tequila y me lo beberé a nuestra salud, me afeitaré con la espuma del mediterráneo. Su ausencia me hizo recordar en ese momento a esas mujeres que me han golpeado tanto y a las que tanto amé. El teléfono sonó….era mi madre, dándome las buenas noches.

Pronto amaneció, el sol empezó a salir con su luz amarilla, propia del mediterráneo y desperté para alistar mi equipamiento y enrolarme a los caminos hacia la mar. El día pasó como volando. Había llegado ya la hora del almuerzo, la tarde parecía verse más bella y recordé ir a encontrarme con Evelyn, una profesora de niños muy guapa. La esperé en la estación poco más de cinco minutos, habíamos quedado en ir a un bar-cultural, se presentaban ahí unos poetas que empezaban a salir a la luz y en el camino me encontré con Juanjo; le presenté a Evelyn, él quedo fascinado, pues ella era muy guapa, sus cabellos eran canelones dorados que hacían juego con sus ojos color miel quemada. Tenía unos ojos muy coquetos, risueños y hechiceros. Pedimos unas cervezas. Yo, por el tequila, estábame zumbando la cabeza y sin querer me comencé a descubrir ante Evelyn, pensé que me iba a abordar a golpes, sin embargo, quizá fue por la bebida, ella me correspondió con un beso que incendió mi cuerpo; mis labios los dejó ávidos de ella, así, sin pensarlo mucho, entre cuatro paredes, con una rosa en la mano, la hice mi mujer.

El arrepentimiento llegó después de consumir nuestros deseos, ella lo pasaba muy mal o tal vez sólo quería descubrirse y sentirse amada, fuimos los amantes perfectos mientras yo le susurraba al oído palabras que nunca antes inventé para el amor, con ella algo en mi brotó, debe ser lo que he guardado para la misteriosa dama que a pesar de estar llegando a la gloria con Evelyn, ella, como invasora, se proclamaba dueña y señora de mis pensamientos. Salimos acalorados por el éxtasis de aquel hotel que fue nuestro cuartel de amores fugases, nos dimos un beso y nos despedimos. Otra vez estaba ahí, solo, esperando los recuerdos para estamparlos en mi memoria. Esa noche quise ocultar mis ojos del mundo porque sólo veía destrucción en mi moribundo andar , mi pasado amarrado al recuerdo, mi futuro cantando solo, esa noche extraña de placer y buena vida cerré mis ganas para el amor y para mi renacimientos, pensé que así mis días grises se destiñeran más y mi vida iba a dejar de tornarse de un color incierto; pues hoy a sido un día como otros, lento, sin tiempo y con ausencias; me desconozco, pero me veo y no me gusta, quiero cambios, los decido, ya es hora, lo que estoy pasando no me gusta, este hombre sin fuerzas y sin ganas no soy yo; a veces en la soledad de mi cuarto, respiro hondo y quiero volar, ir a mi propio encuentro, no pensar en nada más que en mí y verme como quiero realmente ser o volver a ser; mejor retocado, reafirmado, reinventado; el trabajo que hay que hacer es duro pero ya empezó, ahora esto lo reconozco y lo acepto para agradecer por que pasa eso, va pasando y vientos con buenas nuevas llegan, todo cambia, pero mi amor por ella no ha cambiado, aún sigue extenso, nada distante en su ausencia, es hora de tomar las decisiones, sé que es duro el camino, lo sé, sin embargo debo seguir, hoy la noche y la madrugada me regalaran el sueño que fusionará mi mente, mi alma y mi corazón para encontrar en el reposo la respuesta a la táctica y a la estrategia para mañana.


Titulo de la pintura: Y al final llegó el final. Por Lucía Polanco, pintora, artista, mujer y colaboradora desde España. Te recomendamos visitar su blog, Lucía Polanco

Escrito por: Roy Dávatoc, escritor peruano expresivo, directo, a veces amable, explosivo, y duramente enamorado. Te recomendamos visitar su blog, Pájaro Salvaje

Rolling Stones - Beggars Banquet


VALORACIÓN: 4.5 ESTRELLAS

The Rolling Stones Rock'n Roll Circus por séptima vez y la cuota de placer por ver a tanto torbellino sesentero junto seguía siendo el mismo. Esa filmación empapa de canciones que emocionalmente me pegan fuerte, sin chistar y el paquete de los Stones en sobresaliente, emotivo, furioso y frenético. Desde el no expectations hasta el sympathy for the devil la experiencia es bipolar y te pide por más.

Es por eso es que recomiendo este disco de los Stones que trae gran parte del paquete circus y un poco más de ají pal asunto.
Rolling Stones - Beggars Banquet

(descarga pinchando)


Mobydick: la ballena y el viejo

Sacado de las tormentas de Mobydick de Herman Melville

¡Vigías a las cofas! ¡Todos a cubierta!

Tronando con los extremos de tres espeques empuñados contra la cubierta del castillo, Daggoo despertó a los durmientes con tales golpes de juicio Final, que parecieron salir disparados por el portillo, de tan al momento como aparecieron con la ropa en la mano.

—¿Qué veis? —gritó Ahab, volviendo la cara hacia el cielo.
—¡Nada, nada, capitán! —fue el sonido que bajó en respuesta.
—¡Juanetes y alas! ¡Abajo y arriba, y a las dos bandas!

Desplegando todas las velas, soltó entonces el cable reservado o para izarle al mastelero de sobrejuanete, y pocos momentos después le izaban allí, cuando, sólo a dos tercios del camino hacia arriba, y mientras oteaba a través del vacío horizontal entre la vela de gavia y la de juanete, elevó por el aire un grito como de gaviota:

—¡Ahí sopla, ahí sopla! ¡Una joroba como un monte nevado! ¡Es Moby Dick!

 Muchos creen que Mobydick es un cuento infantil sobre un viejo y una ballena. Pero otros, los literatos cautos y simbolistas detallistas, consideran que es una obra maestra por su representación de la humanidad en el barco, la autodestrucción del hombre moderno en el capitán Ahab y la del némesis Mobydick como un fin para la existencia.