domingo, 10 de julio de 2011

Cabral Requien.









Es una atmósfera liviana
Como el aleteo de una tierna mariposa,
Es un éxtasis profundo
Como un pensamiento filosófico,
Es una sensación de sosiego
Como cuando nos dan el primer beso.

Es el cauce de un río
Que nos conduce a la felicidad,
Es como la cálida energía
Que nos otorga abrigo frente al mal,
Es como una sonrisa en la memoria
Que nos consuela en la soledad.

Es un libro de páginas blancas
Que nos invita a pensar,
Es también un libro de páginas llenas
Que nos invita a conocer,
Es sobre todo la pluma del libro
Que nos enseñó a escribir
Con el corazón y con pasión.

Sabe Dios, y sólo Dios,
Cuántas cosas más hizo
Facundo,  que fue tan fecundo
Para cantar, para vivir, para enseñar.

Filósofo de grandes y pequeños,
De sacerdotes y no sacerdotes,
De amigos y no amigos,
De conocidos y desconocidos,
Filósofo cantante condenado
A vivir eternamente, aunque
Ya estés muerto,
A enseñar por siempre, aunque
Sea única la lección: Facundo Cabral.

(Jomabole)

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