viernes, 15 de octubre de 2010

SIMPLEMENTE VARGUITAS


“El escritor siente íntimamente que escribir es lo mejor que le ha pasado y puede pasarle, pues escribir significa para él la mejor manera posible de vivir, con prescindencia de las consecuencias sociales, políticas o económicas que puede lograr mediante aquello que escribe”.

Es grato regresar a las andadas de escribir, agitando un poco el papel y animando este cuerpo inerte, a sentirse vivo, al menos un poco, solo por esta noche. Qué mejor si empiezo refiriéndome a uno de los grandes, simples y extraños, de lejana comprensión, que hoy se configura como un clásico de la literatura peruana y mundial, sí, el characato que empezó como un aprendiz dentro de las escuelas del periodismo, mostrando sus tendencias humanísticas en la lucha y defensa de la democracia, la libertad y la justicia, en un país que despertaba dentro de un desierto de misterios, de culturas opuestas, de ciudades con perros y de casas verdes donde se comulgaba los viernes y se rezaba los domingos en la catedral.

“Quisiera que mis libros fueran buenos libros, desde luego. No es que esté jugando a modesto, pero yo no sé lo que realmente valen mis libros. Tengo indicios que son muy halagadores en muchos sentidos, pero también sé que muchas veces la suerte determina el éxito, y no el talento. Se sabrá lo que valen mis libros cuando ya no estemos aquí”.


Varguitas saboreó las derrotas como también el dolor de ellas, saboreo los remotos triunfos y renació de sus caídas, aprendió de las miserias del hombre como también de sus propios errores, rejuveneciendo su arte literario, mostrándose más sólido y confiable, afinando sus pensamientos, dejando siempre el parche que será el escudo de los corazones de la lengua española, quechua, peruana y del hombre de a pie que camina solo, con la esperanza de encontrarse con alguno de sus libros.

“Ni si quiera en estos días tenía el recuerdo que se entregaba el premio”

Mario Vargas Llosa, no será recordado por los premios, ni por los galardones puestos bajo el hombro, ni mucho menos por su propio Nobel, Varguitas quedará por su entusiasmo político, su acento de labor humanitario y rebelión, su ánimo de desprendimiento y resistencia, con una pluma comprometida hacia una alianza nueva, hacia la integridad de los pueblos por una identidad nueva, un nuevo camino donde se paseará su sombra, junto al viejo rumor de sus libros y el valor legendario de su nombre.


Hay quienes dicen que Mario dejó Perú para no mirar atrás, hay quienes dicen que Mario no estuvo cuando el pueblo gemía su sufrimiento, hay quines se persignan ante sus novelas porque piensan que son  demasiado indecorosas, hay quienes dicen que él no es peruano porque lleva puesta otra nacionalidad, pero en verdad nos cuesta reconocer que su literatura, sus lágrimas y su sangre siempre se derramaron por su pueblo, que su palabra dijo basta ante un Decreto violencia, que sus versos fueron el viento de una nueva esperanza, de la mano con las razas. Lo que no sabemos es que Varguitas siempre estuvo y estará en Perú, en cada noche del mundo y en la profundidad de su cultura, caminando con el arte, caminando con los niños, hacia una identidad donde no se toquen trompetas al momento de hacer algo, sino se hagan las cosas en reservado orden dentro de cuatro paredes, junto a un papel y una agradable taza de café.


La pulga dice: No son los premios, somos nosotros, simples y extraños... de lejana comprensión.

2 comentarios:

Jorge Muzam dijo...

Notable. Un escrito emotivo y con altura de miras.

Vargas Llosa pudo haber escrito sólo sus novelas y sería de todas formas un escritor inmortal, pero sus inquietudes lo llevaron mucho más allá, lo llevaron a comprometerse con muchas causas, lo llevaron a andar y desandar caminos, a meterse en las patas de muchos caballos ideológicos y aún así salir airoso, aunque no indemne de cada una de sus fragorosas batallas.
Ante el mundo es peruano, ha escrito sobre los peruanos, conocemos Perú a través de sus ojos, lo amamos más profundamente, más cercanamente, más familiarmente incluso, gracias a la profundidad de su mirada de escritor comprometido con su época y con su pueblo.

Anónimo dijo...

Su sueño mas erótico...
Ganarle las elecciones a Fujimori y no irse como un cobarde derrotado renegando de su peruanidad a España :P

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