sábado, 2 de octubre de 2010

EL POTO, UN PERUANISMO MOCHICA



Hay que ser claros en esto, hablar de potos como de traseros es referirnos de cosas de dimensiones diferentes y de otras curvas agradables. La presente reseña está basada en el análisis de José Antonio Salas García, que esclarece uno de los tantos peruanismos que nos dejó la cultura Moche o también llamada Mochica, con fundamentos de un claro calibre de investigación, publicada en su libro Peruanismos de origen Mochica, a quien hoy evoco para abordar el tema tan controversial de la semana, de aquel embrujo que inclina nuestro cuello a torcer, aquellas nalgas que encadenan y no sueltan, y es que nuestra cultura Mochica también en algún momento de su historia giró alrededor de ellas, y es que hay potos y también hay traseros, con eso basta.

Con frecuencia cuando hablamos de potos tratamos de relacionarlas directa o indirectamente con culos, traseros, nalgas firmes y carnosas junto a otras cuentas imaginaciones mojadas, pero para nuestra cultura Mochica fue totalmente diferente. Los Mochicas relacionaron su contenido semántico a partir del significado de “testículos”, en efecto, este significado rompe todos los paradigmas de nuestro débil entusiasmo de pasiones bajas con el poto, para traernos de golpe otra imagen que atropella nuestras ilusiones. Revisando algunas definiciones que nos otorga el diccionario, podemos advertir que poto significa vasija y en cuanto a su segunda connotación está referida a trasero o nalgas con una clara premisa del mochica potos, partes pudendas (torpe, feo, que causa vergüenza)



“Sabemos que poto refería a testículo, empero por metonimia se usaba poto en tanto entidad curva para referir también a un objeto curvo como los calabazos que se usaban a manera de recipientes.” Hay un quiebre en dicha explicación, la que se divide en dos partes: la primera usada por el quechua para referirse a las vasijas pequeñas usadas para líquidos, especialmente para mate; y la segunda es para referirse del Mochica potos cuyo origen se desprende del testículo para luego adoptarlas en nuestro castellano como nalgas y porciones carnosas.

Hay que tener en cuenta la palabra poto y sus orígenes, ya que mandar al poto hoy en día a alguien, será mandar al testículo a muchos. Dejemos eso de momento y quedémonos con la clara imagen de los traseros que a veces se hacen extrañar y resaltemos lo importante, sí, lo importante, nuestra Cultura Mochica, que para muchos en su divina ignorancia se muestra como morbo censurable pero para pocos es el símbolo de la fertilidad de la tierra. Aquí les dejo la definición que propone el autor en base al peruanismo que nos dejó nuestra Cultura Mochica.

Poto: (Del mochica poto, testículo). m. NO Argentina., Bolivia, Chile, Ecuador, Par.y Perú. Conjunto de las dos nalgas. ||2. Perú. Vasija hecha de calabazo para beber chicha.

La pulga dice: Tengan cuidado a quién mandan al poto.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

pajeandose

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