sábado, 21 de agosto de 2010

MIRA, OIGA, VE.


Damas y caballeros, ante todo permítanme pedirles disculpas por interrumpir su viaje, no vengo a robarles, no, no se asusten, tan solo vengo a implorar un poco de su tiempo. Voy a venderles un sueño, sí, lo escucharon bien, un sueño. Mira, oiga, ve, te traigo arte, es lo que puedo ofrecer hoy, arte. Todos están invitados a él, mire sin ningún compromiso, el producto es peruano, repito, mire sin ningún compromiso, buen cine peruano independiente, baratito nomás. Ahora pasaré el sombrero de gracia para recoger las monedas de caridad o tan solo la última migaja de su cruda indiferencia. Miro por la ventana y todo transcurre, los carros se adelantan y otros se suspenden varados y yo tan solemne, sentado me pregunto, ¿este es mi tiempo o habré llegado antes? Las cosas cambian, en efecto, no es novedad que se diga esto pero en verdad podemos decir que ¿el cine peruano va girando con el mundo? Este es un bello día para empezar un sueño, sí señor Bukowski, es un buen día. Bajo en la esquina señor, bajo en la esquina. La pantalla grande se enciende, es hora que se comience a rodar una nueva película. No he vendido nada hoy.

El cine peruano y su producción cinematográfico se realiza a fines del siglo XIX con las primeras películas cuando se contaban los años de 1987, proyectándose para todos los peruanos de la aristocracia imágenes reproducidas por el vitascopio, que reflejaba una carencia de naturalidad, ya que solo se reproducía imágenes frías y difusas en blanco y negro. Pero tranquilos, esto era el inicio luego llegarían los conflictos del terror y el cine entraría en periodo de crisis, sin recursos ni apoyo, sin embargo hubo políticos que impulsaron de cierta manera el cine nacional, entre leyes y otros versos se dio despegue a los cortometrajes y otras películas influenciadas en la literatura de aquellas épocas.

El cine actual tuvo un momento crucial reconocido mundialmente, conocido a mi manera como la Pre Teta y Pos Teta, obviamente no quitándole el mérito a los grandes cineastas de los 80 y aunque nos asuste, es así. Hoy se tiene una visión más amplia de cómo hacer una respetable película independiente, es decir que ha sido producida fuera de los grandes estudios cinematográficos, evitando ser manoseada por la gran industria comercial que tanto prostituye al sétimo arte. En la pobreza financiera donde a veces no alcanza para el pan, los cineastas peruanos inventan recursos con los cuales solventan un nuevo sueño, independientemente de recibir un vaso con agua que refresque la boca salada, ellos hacen de nuestro cine algo que no solo proyecte una cosmovisión actual dentro de lo social y económico, al contrario las enriquecen con una nueva cultura que tanto abunda por nuestras fronteras.

El cine es otra manera de contar la vida y no hay excusa que valga ni pero que implore perdón para no hacer cine. Nuestros bastardos sin gloria siguen y seguirán gestando películas, con reconocimiento o tan solo contando con cinco infiltrados que tratan de sentir su arte. Seguirán engendrando nuevas películas, nuevos sueños, sin saber el por qué maldita sea lo hacen,  escondidos en los suburbios del anonimato seguirán gritando, dentro de la coraza que han creado gemirán, lo hago por amor, todo por amor, carajo. Mira, oiga, ve pero la gente se recuesta como confundidos sobre sus asientos y no miran, no escuchan, no quieren ver, no quieren ver lo preciado que tienen. Bajo en la esquina señor, bajo en la esquina. No es este un bello día señor Bukowski. Sí, sí, lo es. Entonces creo que le he vendido un sueño a alguien, un sueño. Quién nos traerá la siguiente papa.

0 comentarios:

Publicar un comentario