sábado, 19 de junio de 2010

CHURUBAMBA, donde también se cantan goles.


Luego de escuchar el Waka Waka hasta llegar a la complacencia por las caderas de Shakira y la previa motivación de Un'estate italiana me he puesto los ánimos de buena gana y lentamente me acomodo en el escritorio porque hoy me toca hablar sobre el fútbol que no solo es una pasión sino un idioma que se habla en todos los pueblos donde la industria aún no a llegado. Ese fútbol que se juega al ritmo de las polleras en canchas de los andes nevados donde el majestuoso cóndor vuelan libre al viento, las gallinas se alborotan en los campos a tientas, donde es el fútbol el espíritu de la gente sencilla chutando con la vida en el prado de Churubamba, que es el mismo estadio natural, donde hay tribunas de colores, desde ovejas hasta hombres alegres, arcos de madera predispuestos a soportar una buena chalaca, las angustias y dolores de la pena del hombre pero ahí están ellas, las jugadoras de Churubamba que cantan goles a la vida, tolerando el frío que se esparce por los huesos, masticando la sagrada coca que sabe a miel salvaje solo a la espera del pitazo final para que el verdadero partido empiece y el gol se libere en la boca de toda esta humanidad.


Churubamba significa caracol de tierra en quechua y su paisaje parece una imitación del valle verde con un cielo virgen azulado, cubierto de montañas y cumbres nevadas que rodean la canchita de la misma plaza donde cada vez que se pueda, se patea pelota y todo se convierte en una fiesta popular donde todos, absolutamente todos están llamados al encuentro de cultura cusqueña. El fútbol de Churubamba, cuya selección femenina ha ganado cinco veces consecutivas las Olimpiadas del distrito de Andahuaylillas al que pertenece, siendo estas mamachas el claro ejemplo a seguir de la selección que todos necesitamos, con la camiseta puesta sin importar los colores, ni las razas, solo con la camiseta llena de la nueva identidad y el compromiso aceptado de meterle goles a los malos momentos y cantarle goles a la vida siempre.

Para los que visiten Churubamba, no lleven chimpunes, sino ojotas y no se avergüencen de ellas por que ahí solo se juega al fútbol. Miren el video que adjunto para que se hagan una vaga idea de lo que es patear una pelota y disculpen el comercial.




Share/Bookmark

0 comentarios:

Publicar un comentario