martes, 13 de abril de 2010

JOSÉ ÁNGEL BUESA y el poema de la despedida



Qué difícil es ya no poder voltear y mirar atrás, que difícil es ya no poder volver al recuerdo, qué difícil es dar la espalda cuando nos cuesta soltar la mano de algo que se ha querido, que difícil es retener la lágrima y caminar hacia delante, andar en libertad buscado un horizonte nuevo donde no existan las despedidas, donde no exista los desprendimientos, donde no exista la nostalgia de primavera. Que en la palabra se borre el adiós que parte para no volver al sentimiento que añora el encuentro de miradas. Nos retenemos, nos damos fuerzas, caminamos pero qué frío hace, nos despedimos pero acaso queremos todavía, decimos adiós pero acaso llegaremos a olvidar. Creamos una idea, el eterno hasta siempre, la voz que nos caliento en armonía, que compone una canción en el interior y ahora la fortuna de un callejón se abre de apoco, a los lejos, los kilómetros pero el amor aún vivo tan cerca que nunca llegamos a despedirnos.

Hoy puedo hablar sólo de una persona, un cubano, un poeta romántico con los versos claros llenos de pena en la palabra, que desprenden y sueltan el sentimiento, con su poesía que forma un regreso a la sencillez profunda, de la comunicación del amor desnudo, catalogados por algunos críticos como poeta menor, cursi y fácil, no obstante podemos afirmar que ningún poeta cubano ha hecho mejor gala del neo romanticismo americano.

Se le ha llamado el "poeta enamorado" también novelista y escritor de libretos para la radio y la televisión cubana pero siempre su vocación al arte poético fue claro, a través de sus cantos, su prosa albergaba una predominante elegía. Si han de querer saber algo más del amor, de las despedidas, de el renunciamiento y, el amor eterno, pues el indicado ha llegado. Me despido como ya es mi costumbre con una fragmento de suspiro, anhelando que tengan cuidado en despedirse y procurar no decir adiós en vuestros corazones. Hallar la huella perdida, hallar la mañana constante, hallar otra vez la mirada, buscar el hasta siempre y retenerlo en el pasado mañana.


Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,
mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.


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