miércoles, 25 de marzo de 2009

25 de marzo: Día del niño por nacer

UNA INICIATIVA LATINOAMERICANA POR UN SI A LA VIDA

La iniciativa de este importante día, tuvo sede en El Salvador, en 1993, acción imitada luego por Argentina en 1999, cuando fuera presidente aún el recordado Carlos Saúl Ménen. El cuál invitó a todos los presidentes de América a seguir la valiosa iniciativa de El Salvador, de declarar el 25 de marzo como el Día del Niño por Nacer, Día de la vida naciente o Día de la Vida.

Este hecho sin precedentes fue premiado por el papa Juan Pablo II, alentando al entonces presidente de Argentina, por esa opción positiva en favor de la vida y del desarrollo de una cultura orientada en este sentido.

El mismo año, Guatemala el 20 de mayo declaró a instancias de la Iglesia y de varias ONGs el día 25 de marzo como Día nacional del Niño no nacido, acción que siguieron luego Chile, Costa Rica, Nicaragua, República Dominicana, México, Eslovaquia , Filipinas y posteriormente los demás paises latinoamericanos y algunos más del resto del mundo, que se unieron a una sola causa: SI A LA VIDA.

Por su parte, Perú instituye el 25 de marzo como "Día del Niño por Nacer", en enero del 2002, luego del arduo esfuerzo de la asociación de defensa de la vida CEPROFARENA por recolectar las firmas necesarias para su legalización con el apoyo del cardenal y de toda la Iglesia.

Este día nos invita a todos a un momento de reflexión sobre la vida, sobre la coherencia que existe entre nuestra naturaleza y el hecho de estar vivos, nos recuerda lo valioso de cambiar un NO al derecho de la vida y al hecho trascendente de decir SI a la vida.

"El hombre, buscador de la verdad, investiga los primeros instantes de la existencia del ser humano, cuando éste apenas es una célula; y así hoy sabemos que existe un fino diálogo de moléculas bioquímicas entre el cuerpo de la mujer madre y su minúsculo hijo, una realidad que la ciencia contempla maravillada. Por otra parte, se ha logrado que bebes nacidos muy prematuramente —que antes teníamos que conformarnos con ver agonizar— puedan ahora vivir; que enfermedades congénitas —que antes inevitablemente se agravarían a falta de una cura temprana— sean ahora vencidas por intervenciones médico-quirúrgicas dentro del seno materno. La ciencia se abre así a la verdad del niño por nacer —desde el tiempo cero de su existencia, hasta sus últimas semanas de vida intrauterina— y constata lo que él es: un ser humano, tan miembro del género humano como uno ya nacido".(fragmento de la Comisión Episcopal de Familia y Defensa de la vida).

Finalmente, comprometámonos todos, sin hacer diferencias de razas, ideologías, religiones o ocupaciones, a luchar por la vida en todos sus aspectos, del granito que pongamos cada uno de nosotros estarán los cambios claves en nuestra sociedad y un porvenir para todos los que nos siguen en las obras que estamos comenzando.

…Finañejo…

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